Así que sobreviviste a todas las festividades que te trajo, hasta el final del calendario, con tus familiares. Con un nuevo año llega un nuevo comienzo, y por eso decimos...
No compliques demasiado tus propósitos de Año Nuevo. Hay cosas sencillas que puedes hacer que no cambiarán tu rutina diaria, pero te mantendrán en forma, saludable y lleno de nutrientes.
Paso 1: Pedro Picapiedra dice: “¡Toma tus vitaminas!”
Si aún no tomas una vitamina diaria, ¡adelante! Elige una que sepas que será fácil de tomar y que ayudará a tu cuerpo a desarrollar algo con lo que tiene dificultades. Por ejemplo, mi enfermedad autoinmune hace que mi sistema inmunitario sea inferior al de quienes no la padecen. Por eso, elegí una vitamina diaria que refuerza el sistema inmunitario. Además, detesto tomar pastillas, así que elegí las vitaminas en gomitas. Como soy mujer, terminé con la Vitamina Diaria para Mujeres. Apoyo inmunológico—Vitaminas gomosas. ¡Elige la que mejor te funcione!
Paso 2: ¡Agua, agua por todas partes y MUCHA para beber!
Mata dos pájaros de un tiro: reemplaza algunas de tus bebidas azucaradas diarias por un vaso grande de agua para saciar la sed. Esto reducirá la cantidad de azúcares y cafeína que consumes a diario y aumentará la cantidad de agua que bebes. Genial, ¿verdad? ¡Incluso puedes añadir un poco de fruta o vitamina C en polvo a tu agua para potenciar sus nutrientes (y darle un toque extra de sabor)!
Paso 3: El conjunto de granos integrales
Esto es fácil: la próxima vez que vayas al supermercado a comprar pan, elige pan integral en lugar de pan blanco. La próxima vez que compres un sándwich en Subway, elige la opción integral. ¿Te apetece pasta? Prueba la pasta integral; apenas notarás la diferencia y comerás más sano con solo un pequeño cambio en tus comidas.
Paso 4: No, NO quiero agrandarlo.
La comida rápida de vez en cuando no está mal, pero si tu "de vez en cuando" incluye un litro de refresco, una hamburguesa del tamaño de tu cabeza y 5 papas fritas cubiertas de sal, te estás pidiendo un infarto. La próxima vez que vayas al autoservicio, pide una comida pequeña, no una grande, para toda la familia (a menos que pienses compartirla con toda la familia... sí, no lo creo).
Paso 5: Evite los wabbadabbas rellenos de empanizados cubiertos con una salsa cremosa
¿Qué tienen en común las palabras "cremoso", "relleno", "con salsa" y "empanizado"? Generalmente, los platos con esas descripciones están llenos de grasas. Evita las margaritas y las piñas coladas, ya que la mayoría de los cócteles contienen azúcar. Al comer fuera, es mejor optar por pescado al vapor o a la plancha, una guarnición de verduras y una copa de vino o un cóctel sencillo. O, mejor aún, pide... ¡*sorpresa* agua!
Paso 6: Mantenga a raya las alergias, los resfriados y otras enfermedades desagradables.
- Lávese las manos con frecuencia.
- Lleva desinfectante de manos (¡y úsalo!)
- ¡Come mucha fibra para mantener tu tracto digestivo limpio y libre de enfermedades!
- ¡Que tengas un buen descanso nocturno!
Paso 7: ¡Muévete!
No importa qué hagas para mantenerte activo, siempre y cuando te mantengas en movimiento. Al comprar, estaciona en la parte trasera del estacionamiento y usa las escaleras en lugar de la escalera mecánica.Aprovecha las tareas del hogar para ejercitarte haciendo zancadas mientras aspiras o sentadillas mientras lavas el coche. Cuando estés en el trabajo, camina hasta el almuerzo en lugar de conducir o caminar alrededor de tu edificio después de comer. Lleva a tu perro a dar un paseo más largo. Juega a la pelota con tus hijos. ¡Las posibilidades son infinitas! ¡Sé creativo y muévete!
Paso 8: Tómate tiempo para ti
En una sociedad en constante movimiento, con más trabajo que tiempo, desconectar del trabajo y relajarse es esencial. Encuentra un pasatiempo relajante o tómate una tarde para sentarte y no hacer nada; incluso puedes empezar a practicar meditación. Sea lo que sea, asegúrate de tener suficiente tiempo para ti y no dejes que nadie intente hacerte sentir culpable por ello. Te lo mereces. tú ¡tiempo!